Filosofía Clínica (Parte 1)

José Luis Tejeda Muñoz

Filósofo Clínico

Un feliz matrimonio en el que la madre acaba de dar a luz a su primogénito le pregunta al médico sobre el estado de salud de su hijo, este les responde: Su hijo está bien, su cuerpo está completo y funcionando y sus órganos todos operan correctamente, el peso es el adecuado, sus medidas son correctas sólo hay un pequeño problema, que su cerebro en la mayor de las veces acertará pero también fallará y lo más probable es que en múltiples ocasiones no se dará cuenta de que está equivocado, y si la falla es grave puede causarle la muerte, de ahí en fuera todo lo demás está bien.

¿Y eso se puede curar? Pregunta la madre.

El doctor le responde: La verdad no sabemos cómo, pero si le sirve de consuelo les pasa a todos.

Esta es la cuestión planteada hace varios años e investigada por la Escuela Libre de Filosofía, ¿Cuál es la causa del error? ¿Si puede evitarse? ¿Cómo afecta en la conducta? ¿Acaso somos seres fallados o incompletos?

Partimos de la evidencia de que las personas se equivocan, algunas personas lo justifican por el pecado original, otros afirman que es normal equivocarse,

nosotros optamos partir del principio de causalidad que dice que todo efecto tiene una causa; es decir que si es un hecho el error y la equivocación en las personas, este es el efecto y por tanto existe una causa, que si en ese momento nos era desconocida, no significaba que no existiera, más bien el error como que este tiene una causa eran las dos cosas cierta de las cuales partir en el análisis.